martes, 23 de octubre de 2012

IÑIGO URKULLU ES EL NUEVO PRESIDENTE DEL PAÍS VASCO


El PNV consiguió 27 escaños, lo que hace que Urkullu sea el nuevo lehendakari que gobernará en el País Vasco. Bildu obtuvo 21 escaños, el PSOE sufre un fuerte retroceso y logra 16 parlamentarios, seguido del PP con 10. UPyD mantiene su escaño Virginia Ruiz, Madrid


Virginia Ruiz, Madrid.


Iñigo Urkullu.
El domingo 21 de octubre se celebraron las primeras elecciones vascas tras la disolución de la banda terrorista ETA el pasado mes de septiembre del año 2011, la participación fue del 65,8% y los ciudadanos vascos eligieron como lehendakari al candidato del Partido Nacionalista Vasco, Iñigo Urkullu, con un total de 27 escaños, lo que no les otorga la mayoría absoluta para gobernar. Los partidos constitucionalistas, PP y PSE, obtuvieron un fuerte desplome, mientras que los nacionalistas salieron reforzados.

Al no obtener la mayoría absoluta (38 escaños), el líder del PNV deberá realizar pactos con el resto de formaciones políticas vascas. El nuevo lehendakari ha reiterado que el objetivo principal de su partido es la mejora de la situación económica y la consolidación de la paz y más adelante, hacer del País Vasco una nueva nación europea. En la rueda de prensa de anoche, celebrada en la sede de Sabin Etxea, el nuevo presidente se mostraba abierto al diálogo con el resto de formaciones "Mañana (por hoy) mismo empezaré a trabajar para que esos acuerdos puedan fraguarse. Este país no necesita más frentes, ni divisiones".


martes, 16 de octubre de 2012

CRÓNICA DE UN DECLIVE ANUNCIADO


Mayka de Castro Rodríguez, Marc Delcan Albors  y Jorge Ramos Tolosa son tres jóvenes autores de un blog llamado Tú ibas de azul, dicho espacio se encuentra en la web del diario El País. La semana pasada publicaron una entrada destinada a uno de los dirigentes del Grupo Prisa, el Sr. Cebrián. Días después, la carta desapareció de la web del periódico

 

Virginia Ruiz, Madrid.


Por fortuna, dicha se puede ver en otras páginas, como en  grupojoly.com.



Juan Luis Cebrian, consejero delegado Grupo Prisa
Como puede observarse, el motivo principal del escrito es una crítica (muy constructiva, por cierto) de estos tres chicos a Juan Luís Cebrián, consejero delegado del grupo Prisa. La carta está redactada con un dominio excelente de la lengua y una utilización sutil (a veces no tanto) de la ironía. Posiblemente, la causa detonante que llevó a los tres blogueros a escribir esto fue el anuncio por parte del Grupo Prisa de un ERE que afectará a la plantilla del diario El País. Constará de un despido de 128 trabajadores, 21 prejubilaciones y una rebaja del 15% en el salario del resto.

En su carta, comienzan diciendo que se sienten obligados a defender la profesión periodística, debido a las circunstancias y a las declaraciones del propio Cebrián. Ellos mismos son conscientes de que contratarles sale muy barato, porque además, tienen muchas ganas de trabajar, “aunque sea gratis”. Sienten que han utilizaron su blog con fines publicitarios desde la web de El País y que ellos no han visto retribución alguna.

Por ello, le sugieren al Sr. Cebrián que en vez de llevar a cabo la profunda reestructuración en la plantilla del diario, comience por transformar El País de otro modo. Y para ello, proponen varias iniciativas.

Continúan diciendo que saben que el mantener a una plantilla de trabajadores “cara y vieja es una forma de excusar un recorte con un sentido puramente económico”. Creen que  tras varios paseos de “capitalista de casino” por otros medios, El País molesta a Cebrián. A los chicos les cansa las típicas frases de que el periodismo ha muerto y eso de que las redes sociales están transformando la profesión. Por último, le recuerdan que con un sólo suelto actual podría pagarse a cientos de trabajadores.


El escrito en sí, es un grito en contra de la sociedad capitalista en la que vivimos, aquella en la que sólo que lucran unos pocos y los pobres son cada vez más pobres (tal vez económica, pero no moralmente). Una crítica por el declive de la esfera pública. Como sostuvo Habermas, lo que hoy manda en los medios de comunicación es la política de las relaciones públicas. A mi parecer, cada vez quedan menos medios como los de antaño. Como dicen los chicos en su carta, los medios son únicamente meros negocios capitalistas cuyo fin hacer caja, obtener beneficios y cuantos más mejor. Esta carta nos hace volver a darnos cuenta de que el problema casi siempre reside en las élites, en aquellos que tienen el poder. Ya sean políticos, banqueros y porqué no: los dueños de empresas periodísticas. Lo que prima en la actualidad es el interés por obtener beneficios, con lo que la información pasa a ser sensacionalista o a estar manipulada.

Lo más duro de todo esto es que días después la carta fue eliminada de la web de El País. ¿Qué pretendían? ¿Hacer oídos sordos y continuar como si nada hubiese sucedido?...  Aun así, algunas personas salieron al rescate de estos chicos. Entre ellas la periodista Maruja Torres, que ofrecía en El País una crítica abierta a los jefes. Se refería a ellos como Los pobres, y les dedicaba éstas palabras: “Son ellos, no obstante, desde los más altos lugares en la cadena de mando hasta los útiles capataces, los que, en silencio y en soledad, se encierran entre las cuarenta paredes de sus pisos de trescientos metros y lloran dolorosamente por los otros”.

Los tres autores del blog.

Afortunadamente, días después los tres jóvenes volvieron a publicar en su blog Tú ibas de azul. Empezaron su entrada con estas palabras, las cuales, dicen prácticamente todo:

“Dicen los viejos que este País necesita libertad de expresión.
Dicen los viejos que este País necesita valentía, democracia.
Dicen los viejos que este País necesita trabajo.
Pero lo que también necesita
es ver.”

Como estudiante de periodismo, me reconforma saber que hay personas que luchan de verdad por ésta profesión y que creen en ella. Luchan por devolverle el valor y el prestigio que ha perdido. Luchan y se alejan de intereses banales, aunque sigan siendo pobres de verdad y no les den la oportunidad de demostrar lo que valen, pero eso sí, con la cabeza bien alta.